Prosa y verso concurren de forma admirable en la narración de una historia contada con valentía, verdad y desnudez de sentimientos, que en definitiva todos hemos sentido o sentiremos en alguna fase de nuestra vida.
Estimados lectores:
El día de hoy les traigo una lectura de
las que nutren el alma con su contenido, además de ser profundamente romántico
en un sentido distinto al tradicional.
Una historia muy humana que se cuenta
combinando la narración en forma epistolar y poemas. Una combinación de estilos
tan variado y rico como la vida misma.
Los protagonistas
no son otros que la orquídea y el mar.
Este libro nos trae dos vidas unidas y luego
separadas, quizás por sus propias naturalezas: una, con el instinto fuerte de
complacer a los demás; otra, con el alma en movimiento.
Un hombre que solo conocemos como “mi
Mar”, y una mujer que será nombrada “la Orquídea”. Parece increíble que
necesitemos saber tan poco de estos personajes para conectar con ellos, pero
los autores lo logran con mucha habilidad.
El texto, tanto prosa como poemas, está
cargado de sentimientos. La desolación, la desesperación, pero también el
anhelo y esperanza, se vuelven parte del lector conforme pasamos las páginas.
De alguna manera, la distancia funciona a
favor de los dos protagonistas invisibles, logrando desnudar su alma y
pensamientos uno al otro, volviéndose aquellas misivas una suerte de diario
personal donde pueden desahogar sus sentimientos más profundos, que quizás
proporcionen alivio al ponerlos en palabras, pero que no dejan de anhelarse uno
al otro implícitamente.
La distancia y el tiempo podría quebrar
al más fuerte; sin embargo, en esta bella historia vemos como los sentimientos
que prevalecen son los más puros, esa amistad que en poco tiempo echaba raíces
profundas y tocó lo esencial de sus seres.
En la mayor parte de la historia vemos al
mar, que ha sufrido grandemente, física y emocionalmente.
La insistencia de la Orquídea por consolar a su amigo, que se intuye solo puede provenir de un amor puro a pesar de casi no conocerse, termina siendo como una luz en la oscuridad, y creo que eso es algo que todos queremos ser para nuestro ser amado.
Debo decir que esta historia de amor me
enamoró, en especial por su particular manera de contarse. No conozco el nombre
real de los personajes, detalles de sus encuentros, ni tampoco un relato de lo
que sintieron o pensaron los involucrados, y aún así, logró calar dentro de mí
creando una familiaridad con la Orquídea y el Mar como si supiera todo de
ellos.
Es hermosa la manera en que, a pesar de
sus diferencias, siendo la Orquídea natural de la tierra, y el mar con su inmensidad,
podrían unirse en la fuerza que han sacado de las batallas internas que han
librado, de las tormentas superadas.
El ritmo del libro nunca decae gracias a
esa combinación de estilos literarios, y deja esa sensación de plenitud
emocional, que solo había obtenido antes tras leer alguna de mis historias
románticas favoritas.
Una lectura que me devoré una vez pasados
los primeros párrafos, pero que me dejó inesperadamente melancólica y
reflexiva, como solo una historia real, profunda y emotiva puede hacerlo.
Vivimos con nuestros personajes el pasar
del tiempo, y anhelamos también con ellos un encuentro desde las primeras
páginas.
Es un libro que vale mucho la pena leer,
especialmente en físico para poder anotar y releer las partes que más les
toquen.
Me despido de esta reseña con dos de las
frases que más me gustaron:
«Encontré el amor con el
desamor. Descubrí incluso que se pueden intercambiar papeles en la misma
relación alternativamente, como amante y amado. Así como también descubrí que
en el amor se podía luchar a contracorriente, al igual que esas olas que
intentan sobrevivir, alzarse y hasta crear belleza contra la implacable
victoria del viento de Poniente.»
«Los recuerdos revolotean por
mi mente, buscando un reducto por donde escapar, pero me niego a coexistir con
ensoñaciones que nunca serán realidad. Primero porque es imposible y segundo
porque me niego a hipotecar mis días y mis noches a un vivir irreal»
¡Hasta pronto!
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