Los tradicionales padres coreanos de Jisu están preocupados por lo que ellos creen una falta de atención por su parte hacia sus estudios y su futuro.
Estimados lectores:
El día de hoy les traigo la historia
romántica de la vida de una chica coreana y el choque cultural que sufre al
tener que mudarse a Estados Unidos para su último año de preparatoria.
Antes de seguir, debo aclarar que Melissa
de la Cruz, si el nombre no les da pista, no tiene orígenes coreanos; sin
embargo, su fuente de información viene de su cuñada, que le sirvió de
inspiración y asesoría para escribir la novela. No tengo otra experiencia previa con novelas coreanas, así que me concentré en disfrutar la historia y recomiendo que hagan lo mismo.
Jisu es una chica coreana que se siente agobiada por la alta competitividad y exigencias de las escuelas de Seúl. Decididos a darle una oportunidad académica a Jisu, sus papás deciden mandarla a Estados Unidos, a una escuela privada que le podría abrir las puertas a una universidad de élite.
Cuando llega, Jisu disfruta de la libertad
que le da la escuela y la falta de sus padres, aunque se encuentra bajo el cuidado
de una familia norteamericana a la que rápidamente se adapta.
Nuestra protagonista tiene otro detalle: desde
que estaba en Seúl, su madre la ha mandado a una casamentera y la ha inscrito a
estas citas o seons con la esperanza de que se relacione con chicos de
su misma clase social, que le podría asegurar un mejor futuro.
Ahora, antes de leer este tipo de novelas
que tratan de culturas completamente diferentes a las nuestras, es necesario
que nos desprendamos de cualquier prejuicio y nos pongamos en lugar de los
protagonistas, para que podamos comprender sus tradiciones sin juzgarlas.
Al inicio de cada capítulo tenemos una de
las 29 citas en formato de ficha con diálogos, lo que nos permite
conocer la experiencia de Jisu en las citas arregladas por la casamentera o seons.
Me pareció bastante creativo y me agradó mucho leer
En un principio, debo admitir, me causó un poco de sorpresa el descubrir que en una sociedad tan avanzada como la coreana todavía cree en los matrimonios arreglados, o en obtener ventaja de ellos; sin embargo, traté de mantener la mente abierta, y la misma Jisu admite que solo lo hacía para complacer a sus padres, y no esperaba realmente obtener algo real.
Los papas de Jisu son extremadamente
exigentes y competitivos, lo que más o menos coincide con la idea que tenía
de la educación asiática, por lo que pude comprender por qué Jisu se sentía
atrapada en Seúl y resentida con ellos por enviarla lejos.
Me gustó en particular la personalidad
de Jisu, pues a pesar de su entorno familiar ha conseguido desarrollar buen
carácter, es sociable y amable con las personas que conoce, pero asertiva
cuando debe serlo. No se queda callada ante las injusticias y verbaliza sus
opiniones, aunque sean diferentes a las de otras personas.
En cuanto a la parte del romance me sorprendió
bastante, y es que en esta historia no es evidente el interés romántico
hasta ya avanzados en la lectura; me gustaron los giros y lo terminé con un
buen sabor de boca.
Sin embargo, no está exento de algunos
detalles: me hizo falta algo de química entre los protagonistas, siento que
podían explotarse un poco más los momentos de tensión y darle un poco más de
enfoque a la parte romántica en vez de al drama juvenil de Jisu.
En resumen, fue una lectura bastante
agradable, ágil y muy recomendable para el público juvenil, pues nos
platica de una relación muy sana y desarrollada con el tiempo, algo que
definitivamente escasea en las novelas para adolescentes en estos tiempos.
Lo recomiendo para un fin de semana en
que se les antoje un romance diferente.
¡Hasta pronto!
Hola! no lo conocía, gracias por la recomendación. Besos
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