Estimados lectores:
El día de hoy regresamos a la serie de
los Bridgerton, en esta ocasión con la tercera entrega, que tendrá como
principal protagonista al segundo hermano Bridgerton, Benedict.
Anteriormente ya les había compartido las
reseñas de los dos primeros libros de la serie, «El duque y yo» y «El vizcondeque me amó», pero este, al igual que los demás, puede leerse de manera
independiente sin ningún problema. Cosas mínimas se mencionan de los eventos
sucedidos en los otros libros, pero nada que pudiera intervenir el leerlos en
desorden.
No arguments here :)
Debo decir que la sinopsis es bastante clara.
La historia de Cenicienta marca la pauta en todo el libro, aunque tendremos un
toque más crudo en el libro. Y claro, más sexi.
Debo decir que no me esperaba un retelling
dentro de la serie, pues me parece que los Bridgerton —cuando menos, después de
haber leído los primeros cinco— tienen un estilo propio. Con esta excepción.
Siento que Benedict merecía una historia original, ya que las tramas que ha
creado Julia Quinn para cada uno de los hermanos tiene un toque único que los
caracteriza, como el problema de tartamudeo de Simon en el primer libro, o las
fobias de Anthony y Kate en el segundo. En los libros 4 y 5 que ya leí y aún no
reseño, también tienen lo suyo.
Dejando eso de lado, me pareció una
historia romántica, aunque inusual para una novela de época. Aunque el clasismo
nos parezca algo repudiable en estos tiempos, en el siglo XIX era impensable
que alguien de la nobleza pudiera involucrarse con una criada. Tampoco es de
extrañar, que la única opción de Benedict era (SPOILER) ofrecerle a Sophie
convertirla en su amante. Inevitablemente, cada vez que sucedía esto, me
encogía un poquito de incomodidad. #cringe
Otro tema que no me terminó de cuajar es
la grandísima cantidad de insta-love.
Estamos hablando de nivel Disney, tipo te vi, me enamoré, así, sin conocerte,
por ambas partes. Claro, con el tiempo se llegan a conocer, pero el número de
referencias a esa «mujer inolvidable» que flechó a Benedict termina siento
agotadora.
SIN EMBARGO (y lo pongo en mayúscula
porque es una gran contradicción), terminaron gustándome más los personajes de
esta historia que del primer libro. YA, lo dije. A pesar de que, en retrospectiva,
encontré los puntos que les acabo de comentar en su contra, no puedo negar que devoré
este libro, que lo disfruté y caí como una niña viendo, pues… una película de Disney.
Siento que el amor que se tenían (o
atracción, deseo, porque en realidad no se conocían bien) era más entretenido
de leer que en «el duque y yo». Sus intercambios me parecieron más
divertidos y había cantidades inmensas de tensión sexual y angustia. Suena loco,
pero créanme, es una buena combinación.
Entonces…¿es perfecto? Definitivamente
no. Pero los amantes de la novela
romántica, que no sean aversos a los clichés e insta-love, lo disfrutarán
enormemente, terminarán con corazoncitos en los ojos y una sensación de
bienestar que durará hasta su siguiente lectura.
Creo que, en parte, fue un poco injusto
para esta novela el que la haya leído justo después de «El vizconde que me amó»,
ya que el segundo libro de los Bridgerton puso la barra bastante alta, y fue un
libro que me fascinó. Pero este tiene lo suyo también y creo que merece ser
parte de su colección de libros románticos.
¡Hasta pronto!
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