El último vagón - Ángeles Doñate

Ikal tiene 11 años, es hijo de un obrero del ferrocarril y sueña con ser maestro. Admira a Chico, cuenta los trenes que pasan con Tuerto, sueña con Valeria, una campesina, y vive mil aventuras con Quetzal, su perro. Todos son alumnos de don Ernesto, en la escuela vagón Malinalli Teneplat, durante el curso en que cambiaran sus vidas. En la frontera de ninguna parte, entre campos de frutales y vagones viejos, treinta alumnos descubrirán la vida gracias a la pasión de un maestro que ha unido su suerte con la de estos jóvenes con las cartas marcadas.

Una foto en blanco y negro de todos ellos, que duerme en un expediente olvidado de la Secretaría de Educación, se convertirá años después en la peor pesadilla de Hugo Valenzuela, un brillante inspector. El maestro, anciano y casi ciego, debe jubilarse. Pide reemplazo pero algunos políticos creen llegado el momento de dar carpetazo a un modelo educativo pasado de moda e inútil.

¿Inútil? Hugo no está tan convencido y decide estirar del hilo. En un viaje que le llevará a reencontrarse con su pasado, deberá jugarse su futuro, descubriendo que hay huellas que no se pueden borrar. Como las del primer amor o las de un maestro, que a través de la curiosidad y el cariño, nos abre las ventanas al mundo.

📚 Autor: Ángeles Doñate

📚 Editorial: Umbriel

📚 ISBN: 978-84-16517-16-9

📚 Formato: Pasta blanda, digital

📚 Páginas: 192

📚 De venta en: Amazon

Estimados lectores:

El día de hoy les traigo una lectura que no solo nos sirve para entender la noble vocación de la enseñanza, sino que también nos habla de la desigualdad social, la inocencia de la niñez y de la lealtad.

Escuela vagón en Naucalpan, Edo. de México

“El último vagón” está basado en una historia real, centrado en la importancia del acceso a la educación en zonas marginadas, alejadas de las escuelas tradicionales. Era algo que desconocía, pero lo que pude encontrar en internet son vagones adaptados para seguir la ruta de familias que viajan con su empleo. En su mayoría, hijos de trabajadores de los trenes.

En esta historia, se manejan dos líneas temporales. En la actualidad, la Secretaría de Educación analiza la posibilidad de cerrar la escuela vagón que se encuentra en el norte del país, llamada Malinalli Tepenatl, ante la próxima jubilación del maestro que ha tenido por muchas años, don Ernesto. En el pasado, vemos la vida diaria de un grupo de pequeños que toman clases en un único salón multi-grado, el impacto que ha tenido la escuela vagón en sus vidas, y específicamente el impacto del gran maestro que tienen.

Este libro nos permite dar un vistazo a las clases sociales más bajas, la gran desigualdad económica de mi país, y estas situaciones cotidianas que los mexicanos vemos ya como algo normal. Definitivamente tenemos una visión muy diferente, pero atinada, desde la narración de Ángeles Doñate, española de nacimiento que tiene una perspectiva fresca y sin vicios creados por la costumbre de la vida en el medio rural de México.

Debo confesar que en un inicio me costó introducirme en la historia, quizás no lo tomé en el momento ideal, pero una vez que avancé unos capítulos no me pude desprender de esta historia.

Hugo Valenzuela fue mi personaje favorito. Un hombre con una carrera brillante, que se encuentra en una encrucijada. Por un lado, recibe presiones de sus superiores para cerrar la escuela. Pero su instinto le dice otra cosa. Esto pareciera una decisión fácil, pero hasta que no trabajas en el Gobierno no te das cuenta de qué tan difícil puede llegar a ser tomar la decisión correcta, especialmente si tomarla amenaza destruir todo lo que has logrado. Me gustó leer su indecisión, porque se siente muy real.

Alumnos de Escuela vagón en Naucalpan

Es una historia de ritmos pausados, pero constantes, lo que ayuda a que disfrutemos esta historia sin tener una trama apresurada. Por el contrario, los personajes están bien definidos y desarrollados y es una novela que te permite reflexionar y notar esos privilegios que los que vivimos en la ciudad gozamos todos los días.

El medio rural en México vive en precarias condiciones: bajos ingresos, pocas oportunidades, hogares sin todos los servicios sanitarios que la mayoría hemos vivido. Todo esto lleva a que la población joven, en su mayoría, busca irse a las ciudades en busca de una mejor vida y oportunidades.

Es por esto que tuve sentimientos encontrados al conocer el destino de los alumnos de la escuela vagón como Ikal, Valeria, Chico, Tuerto y hasta Quetzal, el símpatico perrito mestizo del primero, pues refleja una gran realidad. Triste, pero con un toque de esperanza, aquellos que salen, estudian y regresan a ayudar a que mejore el campo.

Realmente es una historia muy conmovedora en todos sus aspectos, de personajes idealistas e inspiradores, y es un gran tributo a los maestros con vocación y corazón. ¡Me encantó y la recomiendo mucho!

Ángeles Doñate nació en Barcelona. Es la primera de cinco hermanos, que ya le han regalado cuatro cuñados y tres sobrinos tan buena gente como ellos y como su madre. Las letras, junto con sus amigos y los viajes, han sido su pasión desde muy chiquita. Fue una lectora voraz que se escondía bajo una escalera para leer a todas horas, estudió Periodismo y empezó a escribir sus propias historias. Convencida del poder de estas para cambiar el mundo, hacerlo más bello y más solidario, ha combinado su trabajo en periódicos y revistas con la enseñanza y la comunicación institucional, siempre vinculada al mundo educativo y social. Desde hace años, comparte su suerte enseñando a leer y escribir a personas adultas. Ha publicado libros como “Inspiraciones con tu perro”, “¿Quieres un consejo” o “Cuando la cigüeña se pierde”, así como el cuaderno de viaje “De Santiago de Chile a Puerto Williams”. Sus dos primeras novelas fueron “La sonrisa de un perro”, en coautoría, y “El invierno que tomamos cartas en el asunto”, que la ha llevado a lectores de Portugal, Polonia, Italia, Grecia, Alemania, Chile.