¡Vamos, despierta! ¡Corre, corre, sal de la cama! ¡Venga, vístete deprisa!… A menudo, vivimos entregados a la prisa, vamos corriendo de un lado para otro sin detenernos a disfrutar del día. Y, muy inteligentemente, los pequeños no acaban de comprender por qué debemos ir corriendo a todas partes. ¿De verdad es necesario salir de casa sin darle un besito al gato? ¿Seguro que no podemos detenernos a recoger una flor del suelo?
¡Corre, corre! es un álbum ilustrado en el que todos podemos vernos reflejados, y que nos invita a vivir un poco más despacio, saboreando los días y, sobre todo, el afecto de los que nos rodean.
📚 Autor: Magdalena
📚 Editorial: Picarona (Nirvana Libros)
📚 ISBN: 978-84-9145-225-6
📚 Formato: Pasta dura
📚 Páginas: 32
📚 Precio: $225.00 MXN
Estimados Lectores:
Este libro que les traigo el día de hoy es de los pocos libros infantiles que he leído en que la verdadera lección no está para los hijos, sino para los padres.
Como podrán haber visto en la sinopsis, este es un libro muy sencillo pero cuyo mensaje me tocó profundamente, porque me vi en aquella madre que siempre anda de lado a lado corriendo y en el camino apresurando al pequeñito.
En esta historia, la madre, siempre con expresiones duras, preocupada o molesta, despierta al pequeñito duramente, apurándolo a que se vista, se lave la cara o que camine más rápido, mientras él, en su infinita inocencia se detiene a buscar su peluche, despedirse del gato o recoger una hoja bonita del piso.
La lección la tenemos casi al final, cuando la mamá en su prisa casi es atropellada por una bicicleta, tras lo que se da cuenta de que realmente no tenía por qué ir tan de prisa.
Un bello mensaje, que si bien le sirvió a mi hijita para entender un poco a su pobre madre estresada, me ayudó más a mí a entender que los pequeños todavía tienen esa capacidad de asombro, que les permite andar más lento, pero disfrutando más que los adultos y notando más la belleza de las cosas.
Se lee muy rápido, aunque si ustedes, como yo, andan siempre apresurados, sugiero que lean primero a solas el libro para tragar el nudo en la garganta sin interrumpir la historia, y poder explicar a los pequeños por qué a veces nos sentimos muy apurados, y quizás enseñarles a preparar las cosas con tiempo para que ellos mismos no se vean envueltos en nuestro eterno estrés.
Un bello libro, que sobra decir que me tocó y me ayudó a reflexionar que algunas veces realmente no tenemos necesidad de andar con tanta prisa.
¡Se los recomiendo, indudablemente!
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