Chicos, chicos, tenía muy olvidadas mis iniciativas para escritores, pero conforme me vayan llegando los escritos, los iré compartiendo. Tengo algunos pendientes, y esos los iré publicando una vez a la semana para ir combinando con mis otras publicaciones.
En esta ocasión les presento un formato un poco distinto, se llama de una versión corta de una obra de teatro que nos regala el escritor y actor José Luis Baringo Jordán, llamada "Ya encontrarás a otr@", que nos pinta una escena cotidiana de la pareja Xavi y Eva, ¡disfrútenla!
Recuerden que pueden participar gratuitamente en la iniciativa para difundir sus escritos, las bases se encuentran en este enlace.
Ya encontrarás a otr@... ¿Cambiamos de pareja?
Versión corta (microteatro)
ACTO PRIMERO
Salón-comedor de un apartamento de una gran ciudad. En
el centro un sofá-cama y una mesa baja.
Se oye ruido de tráfico a lo lejos. En escena Eva- 30
años, belleza y talante fríos-, está absorta en sus pensamientos.
(Se abre la puerta del apartamento y entra Xavi- 33
años, enjuto, fotógrafo ocasional, puro nervio -, lleva una cámara fotográfica
al hombro y un casco de moto en la mano).
XAVI.- ¡Hola!
EVA.- (Se gira hacia él). ¿Qué tal?
(Xavi se deja caer en el sofá y se desprende de los
bártulos).
XAVI.- Jodido, pero contento. ¡Por fin es viernes!
EVA.- ¿No tienes bbc?
XAVI.- No, no tengo ni bodas, ni bautizos, ni
comuniones.
EVA.- ¿Y qué piensas hacer el fin de semana?, ¿playa o
montaña? (Se aproxima al centro).
XAVI.- Nada de eso, propongo quedarnos en casa. Parece
que va a hacer mal tiempo, y mi pierna me lo está anunciando.
EVA.- (Se acerca por detrás al sofá). Ah, pues
aprovecharé para ir a la peluquería y de paso mirar si me compro algo de ropa.
¿Quieres que te prepare algo?
XAVI.- Una copa no me iría nada mal. Estoy bajo presión,
me están acosando los bancos, y los clientes no me pagan.
EVA.- Eso es grave. (Acaricia a Xavi). Necesitas
relajarte.
XAVI.- Relajarte, relajarte..., no me entiendes. Estoy
preocupado, y tú cada vez estás más inapetente. Antes eras mucho más ardiente.
Ahora parece como si no te gustara.
EVA.- Es una cadena, no tengo ganas porque no se dan las
condiciones; no se dan las condiciones y por eso no tengo ganas.
XAVI.- Pues yo quisiera hacerlo más veces. Hemos entrado
en una fase de monotonía, y tenemos que buscar otras alternativas.
EVA.- Debe ser la crisis de los treinta, la crisis
existencial. ¿Qué se te ocurre?, ¿poner un video porno?
XAVI.- Se me ocurre algo mejor: hacer una fiesta
aprovechando que es mi cumpleaños, e invitamos a María y Fran.
EVA.- Si quieren venir... (Eva se dirige a la
cocina).
XAVI.- Eso, tu siempre tan positiva,
¿es que te molesta? Siempre has dicho que Fran te caía muy bien.
EVA.- Sí, pero a María creo que le
caigo mal.
XAVI.- Ves, sin embargo a mí me pasa
todo lo contrario, a María, por lo que parece, le caigo fenomenal. Hace
comparaciones y salgo bastante bien parado. De todas formas, dicen los expertos
que es imposible caerle bien a todo el mundo; siempre habrá un cincuenta por
ciento al que le caerás irremisiblemente mal.
(Eva se acerca con una copa en la mano
y se la entrega a Xavi).
EVA.- (Se sienta en el sofá). Eres
un demagogo.
XAVI.- (Se echa un trago y aparta el
vaso de la boca). ¿Qué me has puesto? ¡Está fortísimo!
EVA.- Te he puesto el whisky bien
cargado, a ver si cambias el chip y te pones más divertido.
XAVI.- Suerte que no tengo que coger la
moto.
EVA.- (Insinuándose). Me he
puesto las bragas rojas que tanto te gustan...
XAVI.- Pues yo llevo los mismos
calzoncillos de ayer. Ja, ja, ja.
EVA.- ¡Eres un guarro! Hay que
cambiarse todos los días.
XAVI.- Yo creía que te gustaba como
soy, además, este fin de semana no me pienso afeitar: el hombre y el oso...
EVA.- Pues a mí no me beses con esa
barba, me pones la cara irritada y no se me quita en días.
XAVI.- Bueno, bueno, voy a hacer un
esfuerzo, pero sin que sirva de precedente, ¿eh? (Dejando el vaso en la
mesa). ¡Joder cómo está esto...!
EVA.- ¿Dónde está ese hombre, tan
fuerte como un oso?
XAVI.- A ver si me repongo el fin de
semana... Por cierto, voy a mirar el ordenador a ver qué mensajes tengo. (Coge
una cartera que está en el suelo y la pone sobre la mesita). ¿No habrás
mirado nada, verdad?
(Eva hace intención de levantarse, pero
desiste).
EVA.- ¿Yo? No me interesa, ni me
apetece ver lo que te mandan tus amistades. Como cuando te pones en las páginas
porno, a ver esas tías con los pechos inflados de silicona. ¡Qué nivel!
XAVI.- Con eso no hago daño a nadie,
además, prefiero eso que estar chateando como haces tú con las tuyas, o
entrando en esas redes sociales presumiendo de tener 5000 amigos, que no hay
dios que se lo crea, o para cotillear: “Fulanita es ahora amiga de mengana y de
zutano”. Jo, qué divertido.
EVA.- (Con resignación). Si
quieres me voy a un bar a beber y hacer tertulia con los hombres...
XAVI.- (Apurando el vaso). A ver
si me coloco... (Se incorpora).
EVA.- ¿Te pongo otro?
XAVI.- ¡Acepto! Pero con una condición:
ahora el camarero soy yo, y te vas a tomar otro tú también. (Se dirige a la
cocina, donde se dispone a preparar la bebida. Mientras tanto Eva ha cogido el
mando a distancia). Aquí, o jugamos todos o ninguno.
EVA.- Vale, vale... Voy a poner música
para la ocasión. (Dirige el mando hacia el equipo de música).
(Se acerca Xavi con dos vasos largos de
tubo. Le entrega uno a Eva).
XAVI.- Los he puesto hasta arriba, así
dormiremos la mona, o lo que sea.
EVA.- (Prueba un trago y deja el
vaso). ¡Tú me quieres matar!
XAVI.- (Se sienta al lado de Eva).
¡Apúratelo todo de golpe! Como cuando hacíamos botellón; si no tendré que
ponerte otro para que te haga efecto.
EVA.- Lo del botellón lo dirás por ti,
porque a mí nunca me ha gustado ir a esos sitios en plan cutre. Te gustaba a ti
y a tus amigotes, que ibais como locos a ligar con niñas pelanduscas, en esas
plazas tan guarrindongas.
XAVI.- Ah, pues no me acordaba.
Corramos un estúpido velo.
EVA.- Sólo te acuerdas de lo que te
interesa. Como cuando te ibas con tu ex...
XAVI.- ¡Era eso! Estabas deseando
soltarlo... Cuando quieres hacer daño, siempre sacas lo de mi ex. ¡Te encanta!
¿Qué preferirías, que fuera virgen? Siempre has dicho que te gustaban los
hombres con experiencia.
EVA.- Todos los tíos sois iguales, y
algunos peores que otros. Si hacemos nosotras lo mismo, somos unas putas, pero
cuando lo hacéis vosotros, no pasa nada porque es de hombres. Sois unos
desequilibrados hormonales.
XAVI.- Bueno, bueno, no hay que
exagerar, yo estoy por debajo de la media; alguno habrá que no se ha comido un
rosco en su vida, pero otro se los ha comido por él y por mí. Es una
apreciación, como lo del vaso medio lleno o medio vacío. Además, a las tías
siempre os atraen los más golfos, y luego os pasa lo que pasa.
EVA.- Puff, lo que hay que oír.
XAVI.- No te hagas la víctima, que tú
también has corrido lo tuyo, ¿eh? Si quieres te recuerdo la ristra de tíos que
has conocido.
EVA.- Tendrá razón mi madre, cuando
dice que siempre me he llevado los saldos. Debería haberle hecho más caso, y
haberme decidido por alguno con posibles de los que me pretendían.
XAVI.- Tuviste suerte que yo apareciera
en tu vida.
EVA.- ¿Que? ¿De verdad? No me pongas de
mala leche, ¿eh? Si es que no sé ni cómo me aguanto.
(Se levanta, va a la mesa, y despliega
un mantel con grandes aspavientos).
XAVI.- Vaya, con que de mala leche.
Será que te va a venir la regla.
EVA.- De eso, nada. Cada vez que no
estoy como a ti te gusta, tú, el gran ginecólogo, diagnosticando que me va a
venir la regla. Sólo falta que me mandes la terapia a seguir. (Se dirige al
centro).
XAVI.- Creo que amenaza tormenta... (Mirando
el ordenador). Vamos a ver cuánto spam me ha llegado... A ver, a
ver... Mira, un tío de Rusia, de buena posición, que quiere casarse conmigo. Lo
que yo te diga, tendría que ser homo, ya que esto de ser heterosexual no me
lleva a ninguna parte.
EVA.- A lo mejor estás perdiendo el
tiempo conmigo... (Se va hacia la cocina).
XAVI.- Claro, y ahora me voy corriendo
para recuperarlo con este elemento. No te digo... (Pausa). Me empieza a
doler la cabeza.
EVA.- (Desde la cocina). Puede
que necesites una aspirina..., o ¿te pongo otra copa?
XAVI.- No, otra copa no. ¡Dame una
aspirina, por favor! Me va a estallar la cabeza.
EVA.- Los hombres sois unos inútiles...
XAVI.- Seremos inútiles, pero hacemos
compañía; y en invierno, servimos para calentar la cama.
EVA.- Si no es porque como se dice por
ahí: “El que no es gay está cogido”, os ibais a enterar. ¡Mira que sois raros
los tíos! (Se acerca y le da una aspirina con un vaso de agua).
XAVI.- (Cogiendo el vaso). Para
rara, rara, tú. Yo soy bastante normalito, para estar criado en una ciudad de
provincias. Además, yo no tengo problemas de frigidez...
EVA.- (Se sienta a su lado).
Bueno, bueno... Pero al menos a mí no me dan gatillazos, ni tengo que consultar
al urólogo por disfunción eréctil o eyaculación precoz, ¿eh?
XAVI.- Mira quién habla. Desde los
trece años visitando al sicoanalista. Si de vez en cuando te fumaras un porro,
ibas a ver cómo te encontrarías mejor.
EVA.- No comprendo por qué no tomas
otras alternativas, en vez de colocarte cada vez que hacemos el amor.
XAVI.- ¿Insinúas que tome Viagra?
EVA.- ¿Qué tiene eso de malo?, dicen
que tomarla de vez en cuando, no crea adicción.
XAVI.- No creo que sea bueno tomar eso
a mi edad.
EVA.- Vale, vale... Anda, deja esa
incontinencia verbal, tómate la aspirina y calla. (Xavi obedece).
XAVI.- Creo que me voy a ir a la cama.
EVA.- Eso está muy bien. Ya has dicho
bastantes tonterías. A dormir, y mañana será otro día.
XAVI.- (Se incorpora). Eva, ¿me
vas a acompañar a la cama?
EVA.- (Cogiéndole de la mano y
tirando de él). Claro, hombre. Te voy a arropar, te cantaré una nana, y
cuando estés dormidito te apagaré la luz, ¿vale? (Le acompaña a la
habitación).
XAVI.- Me tienes que perdonar, Eva. Sé
que, a veces, me pongo muy pesado y digo cosas que no debería.
EVA.- (Abre la puerta de la
habitación). Si, Xavi, te perdono... Anda, entra y acuéstate de una vez.
XAVI.- ¡Enséñame las braguitas!
EVA.- ¡Hay, espera, espera! ¡Qué bruto!
(Entran en la habitación y cierran la
puerta).
(Música)
ACTO SEGUNDO
(Al día siguiente... Eva sale de la
habitación medio dormida, con camisón corto, tipo picardías, y se dirige al
baño; entra y al cabo de un rato vuelve a salir).
EVA.- (Bostezando). ¿Xavi te vas
a levantar?
XAVI.- (Desde la habitación).Ya
voy... ¿Qué hora es?
EVA.- Las diez.
XAVI.- A las diez en la cama estés.
¿Las diez? (Saliendo de la habitación y vistiéndose). Es tardísimo.
Tengo que hacer un montón de cosas esta mañana. A ver si me espabilo.
EVA.- ¿Cómo acabaste anoche?
XAVI.- Yo, bien, muy bien, ¿y tú?
EVA.- No me refiero a eso. Te
levantaste enseguida…
XAVI.- No te entiendo.
EVA.- Te lo preguntaré de otra manera.
¿Cómo estuvo el juego?
XAVI.- ¿Qué?
EVA.- (En tono alto y silabeando). ¿Qué
có-mo fu-e el ju-e-go? ¿Me has oído?
XAVI.- Sí, sí, te he oído. La hostia,
empezamos unos pocos jugadores online, pero seguían apuntándose más y
más. Había gente de Japón, América, Australia..., qué se yo. Impresionante,
era..., no se cómo decirte...
EVA.- Sí, la hostia, impresionante.
Disfrutasteis como niños, ¿no?
XAVI.- Es que tendrías que haberlo
visto. El armamento de lo más moderno y mucha acción. Carreras, disparos, bombardeos...
Luego muertos por doquier, y todo roto patas arriba.
EVA.- ¡Muy divertido! ¡Te pasas la vida
jugando!
XAVI.- Sí, me entretiene. Descargas
adrenalina. ¿Y la novela? (Va hacia el sofá y se sienta).
EVA.- Me quedé dormida...
XAVI.- Pues yo no encontraba el momento
de terminar. Cada vez se hacía más interesante. Además, si te retiras eres un
“cobardica“, y luego se propaga todo por la red. ¿Entiendes?
EVA.- Claro, y tú no puedes quedar mal
con tu público... ¡Qué iban a pensar tus admiradores!
XAVI.- Hay
alguno que tiene su club de fans, haciendo quedadas en sus foros, y se siguen
por las redes sociales.
EVA.- (Se va a la cocina). Te he
preparado un zumo. ¿Te apetece?
XAVI.- Sí, estoy seco, como si viniera
de una batalla en el desierto. Me vendrá bien para el descanso del guerrero.
EVA.- (Le acerca el zumo y se sienta
junto a él). Oye..., ¿qué te pasa? Esto no es normal. Vivimos juntos hace
tiempo...
XAVI.- Nada. No sé, el trabajo, el
estrés...
EVA.- Siempre tiene que haber alguna
excusa, ¿sabes? Al principio lo cogimos con muchas ganas, nos pasábamos todo el
tiempo juntos..., pero ahora... Antes pensabas que yo era muy sexy.
XAVI.- Y lo eres, Eva; esto pasará,
esto pasará, estoy atravesando una mala racha, eso es todo. Ya sabes cómo son
estas cosas.
EVA.- No, no sé cómo son estas cosas.
(Sincerándose). Quiero cambiar de vida, ir a la discoteca, viajar. Tú sólo
quieres ir al cine.
XAVI.- Sí, me gusta mucho el cine. Creí
que a ti también te gustaba. ¿A qué viene esto ahora?
EVA.- Antes eras más divertido.
XAVI.- Tú también lo eras. Trataba de
conquistarte, pero no se puede mantener ese listón toda la vida. (Cambiando
de tema). Además, sólo comemos congelados.
EVA.- Si por ti fuera, comeríamos
huevos fritos con patatas todos los días. Echo de menos cuando íbamos a comer
por ahí.
(Suena el teléfono móvil de Xavi que
está encima de la mesita).
XAVI.- No tenemos dinero. (Al
teléfono) ¿Si?... ¿Hola?... N-o, no es aquí... (Cuelga el móvil).
EVA.- ¿Quién era?
XAVI.- No, nada, se han equivocado.
EVA.- Siempre disimulando. Seguro que
no se han equivocado.
(Xavi abre el ordenador que está encima
de la mesa baja).
XAVI.- Mira, si quieres te enseño dónde
terminamos anoche.
EVA.- No, mejor me enseñas los mensajes
que mantienes con las tías. He leído alguno de ellos, ¿sabes? ¡Eres un cerdo!
XAVI.- ¿Has mirado mi correo? ¿No
decías que no te interesaba?
EVA.- Mira por donde, ahora empieza a
interesarme. Y también por el móvil: “Hola Xavi, ¿estás sólo?” Y no me digas
que no es cierto.
XAVI.- Eso no es lo que parece; te lo
puedo explicar.
EVA.- No te esfuerces en explicarte,
está más claro que el agua.
XAVI.- Estarás contenta, ¿no? Será que
a partir de ahora no voy a poder tener un poco de intimidad.
EVA.- ¡Pobrecito! No te hagas la
víctima.
XAVI.- Yo también he visto los tuyos,
¿eh?
EVA.- ¿Si? ¿Y qué has descubierto?
XAVI.- Eres muy lista, los mandas
cifrados. Eva, tenemos que hablar.
EVA.- Tú eres el que menos debe hablar.
Ahora empiezo a entender esas salidas a deshoras...
XAVI.- Mira, quizá es mejor que nos
separemos. No estamos hechos el uno para el otro.
EVA.- ¿Quieres cambiar de pareja? A ver
si encuentras otra…
XAVI.- ¿Me puedo ir?
EVA.- Espera, espera.
(Xavi le muestra el ordenador)
XAVI.- Mira, ves, no hay nada.
EVA.- (Se acerca para ver). ¿Por
qué cambias de página ahora? Déjame ver todos los mensajes. Los borrados
también.
XAVI.- Hurgando en mis cosas. ¿No te da
vergüenza? Ya notaba yo algo raro.
EVA.- Mira quién habla, mandando
mensajes a la pareja de tu mejor amigo. No me calientes, ¿eh? No me extrañaría
que la hayas traído a casa.
XAVI.- (Reaccionando) ¿Yo? No,
no, eso no es cierto.
EVA.- ¡Me estás estresando!
XAVI.- Anda, cállate. Me voy a dar una
ducha.
EVA.- No me hagas callar, ¿vale?
XAVI.- (Asintiendo).Vale, vale.
EVA.- Así estás tú con esos cambios de
humor...
XAVI.- Nosotros, cuando empezamos a
vernos, los vecinos llegaron a llamarnos la atención por tus orgasmos. ¡Qué
tiempos!
EVA.- Creo que padeces vejez prematura.
XAVI.- A ver si me despejo, y me doy
una vuelta con la moto.
(Xavi cierra el ordenador e intenta
levantarse).
EVA.- (Abriendo el ordenador). No
te vayas todavía.
XAVI.- ¿Qué quieres ahora?
EVA.- Xavi, ¿qué es esto?
XAVI.- ¿El qué?
EVA.- No te hagas el tonto. Este
mensaje... (Se lo enseña). Mira lo que dice.
XAVI.- No tengo ni idea. Me envían
muchos como ese.
EVA.- No digas tonterías, Xavi. Seguro
que me estás engañando.
XAVI.- Sí, es un mensaje de una mujer,
¿y qué?
EVA.- Es un mensaje de María, ¿verdad?
XAVI.- Porque sea de una mujer, no
tiene por qué ser precisamente de María. ¿A dónde quieres llegar?
(Xavi intenta tapar la pantalla con la
mano).
EVA.- A donde me lleve todo lo que
tienes aquí metido.
XAVI.- Pero si no hay nada más. Ya te
lo he dicho.
EVA.- Seguro que me la estás dando por
la espalda.
XAVI.- ¡No es lo que tú te piensas!
EVA.- ¿Ah, no? ¿Y esto qué es? ¿Eh? (Le
muestra otro email).
XAVI.- Déjame que te explique...
EVA.- ¡Explícate de una vez!
(Se abalanza sobre él).
XAVI.- Bueno. ¿Qué? ¿Qué pasa? Sí, es
de María, ¿y qué? Sólo fue esa vez, te lo aseguro. Pero no me he acostado con
ella, si es eso lo que crees. Te lo juro. Yo estaba deprimido y...
EVA.- Claro y os consolasteis
mutuamente. No te fastidia. (Se separa). Deja de decir chorradas.
Últimamente metes cada rollo... (Sigue mirando en el ordenador).A ver si
encuentro algo más.
XAVI.- Ya te he dicho que no hay nada
más.
EVA.- A partir de ya, voy a hacer lo
mismo que tú, te lo aseguro. Voy a llamar a mis amigos y pondré los cuernos a
mis amigas.
XAVI.- Bueno, ya está bien, ¿eh?
EVA.- Luego dices de mí.
XAVI.- ¿Qué sigues buscando? (Trata
de disuadirla tapando la pantalla).
EVA.- ¡Aparta! Seguro que aparecen más
e-mails.
XAVI.- Tranquila, ¿vale? Ya te he dicho
que fue solo esa vez. Si no, te lo diría. Esto te pasa por estar tanto tiempo
vagueando en casa.
EVA.- ¿Qué quieres decir? ¿Que debo
buscarme un empleo?
XAVI.- Sí, eso es lo que quería decir.
EVA.- No te preocupes, mañana empiezo a
buscar trabajo, y así podré zascandilear como haces tú.
XAVI.- Busca, busca, a ver si
encuentras algo con esta crisis..., puedes ir pidiendo la vez en la cola del
paro. Está buena la cosa.
EVA.- Se me ocurre algo mejor: pondré
una tienda... ¡Ya lo tengo! Un sex-shop.
XAVI.- Eso. Ya pusiste una de
fotografía y fracasó. Ahora un sex-shop, y si fracasas, ¿quién lo paga, eh?,
¿los papis?
EVA.- Bueno, y ¿qué? Eso a ti no te
importa.
XAVI.- ¡Joder! En qué hora se me
ocurriría meterme a hacer bodas...
EVA.- Y gracias a que te metió mi
padre, que si no..., seguirías deambulando por las calles.
XAVI.- A este paso voy a tener que
pagar a tu padre, a ti y a tu abuela, una pensión de por vida.
EVA.- Anda, pégate una ducha de agua
fría y piérdete.
(Con resignación Xavi se dirige al
baño)
EVA.- ¡Espera! (Xavi, camina hacia
atrás). Yo también tengo que ducharme.
(Caminan los dos juntos, se paran.
Salen).
(Música)
OSCURO
Escritor: José Luis Baringo Jordán
¡Gracias por su colaboración!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario