Ni un zapato más - Irene Ferb (2017)

¿Nunca te has preguntado que hace un zapato tirado en la acera? ¿Por qué su dueño, descalzo de un solo pie, no lo ha recogido? ¿Es, o no, uno de los misterios sin resolver más asiduos de nuestra rutina diaria? 

En Ni un zapato más estos intrigantes calzados solitarios aparecerán en la puerta de Rubén, un joven inspector de policía que acaba de comenzar en un nuevo destino. Cada zapato traerá un alarmante vínculo: la desaparición una mujer. Rubén, olvidando que no está en su mejor momento vital, empeñará todas sus horas para encontrar a esas posibles víctimas descalzas. 

Uno de los problemas de Elda es que nada le parece feo. Pero eso no le impide afirmar cada mañana que el policía que entra a pedirle un moca es el hombre más sexy que han visto sus ojos. Otro problema, que no se atreve a cruzar palabra con él. Su voz se esconde como una sandalia en invierno. 

Ni un zapato más significa intriga, comedia, romance y reivindicación. Una novela escrita para ti, para que nunca más pases por alto un zapato solitario y te atrevas a averiguar qué se esconde tras cada personaje de este locuaz escaparate.

Autor	Irene Ferb
Editorial:	Ediciones Kiwi
ISBN	978-84-16384-83-9
Formato	Digital y Tapa blanda
Páginas	384
De venta en:	Amazon Google Play Gandhi  Casa del libro

Este libro llegó a mi por casualidad, porque andaba buscando algunas escritoras de novela romántica que no hubiera leído, y esta captó mi interés de inmediato. Y sí, sí tuvo que ver la portada (¡lo siento!), pero, también la temática es una que me encanta, ya que combina el misterio policiaco con el romance y el chick-lit, todos son géneros que devoro y disfruto sin medida.

Rubén y Elda son nuestros protagonistas en esta historia. Rubén, un inspector de la policía recién llegado a la pequeña ciudad de Murcia, se aburre hasta más no poder, ya que la ciudad es tan tranquila, que no sucede nada relevante que le permita desarrollar sus habilidades policiacas. Anda con el corazón medio roto, y por lo mismo se apega únicamente a citas casuales.

Elda, por su parte, es un alma caritativa y bondadosa que no distingue fealdad en nada, o más bien, elige ver la belleza en todo. Queda prendada de Rubén desde la primera vez que entró a la cafetería donde trabaja, admirándolo a diario y caminando en las nubes lo que resta del día. No lo conoce realmente, pero le atrae enormemente y vive a dos casas de la suya.

Aunque se ven a diario, cruzan camino cuando Elda en un arranque de torpeza al verlo pasar por la calle desde su terraza, tira un vaso y se corta el pie con los cristales. Se desmaya, pero afortunadamente Rubén corre a su rescate. Esto comenzará una tímida amistad que se reforzará más adelante cuando empiecen los eventos criminales. El instinto protector de Rubén toma lugar y desarrolla un cariño inexplicable ─para él─hacia Elda, aunque está convencido de que no pasará a más. Elda, que por supuesto no era indiferente hacia Rubén, decide que, aunque nunca estará a su alcance románticamente ─sus palabras, no mías─, disfrutará cada encuentro por lo que dure su amistad.

Al desaparecer una chica con la que salía casualmente Rubén, las cosas en Murcia se agitan. Aparece misteriosamente un zapato a la puerta del inspector, que después se comprueba que pertenece a la misma chica, pero es hasta que se pone en riesgo la vida de la propia Elda, se disparan todas las alarmas de Rubén, que inmediatamente hila que ambos incidentes se encuentran atados a él.

Algo que en lo particular a mí me hizo disfrutar la historia, es que, antes de adentrarse plenamente en la parte del misterio, se cimienta muy bien la historia romántica, por lo que entramos ya enamorados de los personajes, con el contexto de las relaciones interpersonales entre los personajes principales y los secundarios muy claras.

Por la parte romántica, Irene Ferb la tiene bien dominada. Es el primer libro que leo de ella (¡pero no el último, por seguro!), por lo que desconozco si es su modus operandi, pero la tensión sexual entre Elda y Rubén, el estira y afloje de Rubén ─porque Elda siempre ha sido clara en sus intenciones─, es un deleite de leer. Te mantiene picada y volteando las hojas rápidamente para saber qué pasará, lo que en mis estándares es algo excelente.

Por la parte del misterio, debo reconocer que aunque siempre me jacto de poder adivinar quiénes son los asesinos en los libros de misterio, ¡vaya que me llevé un chasco con este! No pude estar más equivocada, ya que mis votos estaban por otro sospechoso. Es evidente que fue la intención de la escritora, darnos pistas falsas y a varios candidatos, así que: bien jugado, Irene. Bien jugado.

El lenguaje es sencillo, puramente español, con todo y modismos, pero aunque soy mexicana me fue fácil captar a qué se referían ciertas expresiones, incluso siento que mi vocabulario fue enriquecido gracias a eso.

En general, es un libro que vale la pena leer, realmente no se centra principalmente en ninguna de las dos temáticas, está como un 50% romántica y 50% misterio policiaco, así que aunque no sean fanáticos de las historias románticas, también pueden disfrutar el libro.

Fue una niña sana, responsable, imaginativa, cantarina y muy feliz. Fue una adolescente estudiosa, desordenada, cantarina, discotequera, y enamoradiza. La suma da como resultado a una mujer impaciente, desordenada, cantarina, creativa, romántica, espontánea, cada día menos estudiosa y por el momento muy feliz. Ferb es la unión de sus dos apellidos. No es americana, ni rusa, es de Leganés. Estudió enfermería en la Universidad Complutense, y a eso se dedica en sus ratos no libres. Hasta que no ha entrado en la indeseada treintena no se he dado cuenta de lo que le divierte escribir. Autora de Abrázame que no te quiero, publicada por Ediciones Kiwi y finalista del Premio Terciopelo, historia que no ha dejado indiferente a ningún lector. En sus novelas vas a encontrar historias frescas, divertidas y románticas, para desestresarse sin ayuda de chocolates o sucedáneos.

Libros publicados:

Abrázame que no te quiero

Crimen se escribe con A

Quiéreme si no te abrazo

Summer love

Si tiene que ser

Ni un zapato más

Luna para dos