Reseña de Un Rayo en la Pradera: Amor y fe en Tíbet - Silvia Gnzález Delgado (2016)
UN RAYO EN LA PRADERA es una hazaña de fe y amor en la invasión de China comunista a Tíbet budista durante el choque de estas dos grandes teorías humanistas. Los protagonistas Shakya, Samye y Dusum, monjes budistas, ven morir su cultura milenaria y viven el desafío de cumplir con su religión y su país, o entregarse a sus pasiones. Esta novela muestra cómo es el proceso de la reencarnación, la filosofía budista, el estilo de vida del Dalai Lama y el porqué abandona su pueblo. Dedicada a Tenzin Wangyal Rinpoché, uno de los máximos gurús del budismo tibetano en Occidente su trama cuestiona sobre las verdades de la existencia y las fallas del ser humano en una atmósfera tan espiritual y mística como la tibetana.
Autor
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Silvia González Delgado
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Editorial:
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Autopublicado
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ASIN
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B01AKXI7G0
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Formato
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Papel y digital
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Páginas
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198
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Sitio web del autor
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http://www.silviagonzalez.com.mx
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De venta en:
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Antes de comenzar mis impresiones, déjenme comentarles que esta reseña es fruto de la dinámica #Booktubedelpresente, que se llevó a cabo durante el mes de julio, y en donde se unió a Booktubers, Bookstagrammers y Bloggers literarios con editoriales y escritores. Tuve la fortuna de ser seleccionada por la escritora Silvia González Delgado, junto con otros Bloggers, y me dio la oportunidad de escoger un libro para reseñar.
Este libro fue una decisión automática para mí. Cuando era pre-adolescente, uno de los primeros libros de "adulto" que tomé del librero de mi mamá, fue precisamente de la misma temática "Un rayo en la pradera". Aquel libro se llama "El tercer ojo" y, aunque hubo una historia bastante polémica alrededor de esta serie de libros de Lobsang Rampa, no pudo dejar de cautivarme el tema del Tíbet, esa cultura lejana y tan ajena a la mía. Por esto, "Un rayo en la pradera" me inspiró nostalgia a primera vista, de esos días de mis primeras aventuras en el mundo de los libros. Pero, como siempre, divago.
El libro se sitúa en el Tíbet, en los años cincuenta, durante la invasión china. Nos sumergimos al mundo de la cultura budista junto con Samye, Dusum y Shakya, tres niños escogidos como candidatos a ser la resurrección de monjes budistas, provenientes de distintas circunstancias familiares, pero unidos por un solo destino.
Esta historia de amor florece, lenta y pausadamente, pues crece junto con los propios personajes, que sufren un conflicto interno entre su religión y el amor; entre el deber y el sentir; incluso entre defenderse de los invasores y cumplir las doctrinas budistas de paz.
En medio de la incertidumbre, violencia y la tensión política provocada por la invasión china, Shakya, que siempre se negó a su proclamado destino, busca desesperadamente cumplir su anhelo de libertad y su amor de la niñez.
Decir que me gustó es poco. Me encantó y me transportó al otro lado del mundo, a otra época y otra cultura. La historia de amor es central en el libro, las partes violentas (afortunadamente) fueron sutilmente descritas, así que a pesar del gran conflicto que presenta el libro, fue muy agradable su lectura.
Y como dicen, "para muestra un botón", les dejo un fragmento que nos revela el porqué del título de este gran libro (que conste que me atreví a publicarlo porque la autora ya lo comparte en la sinopsis de Goodreads. Y además es hermoso):
—¿Viste que el conejo no pudo hacer nada cuando le cayó el rayo?
Dusum asintió: —Sí, pobre conejito.
—A mí me pasó algo igual…
—¿Te partió un rayo? —preguntó él, bromeando, y la soltó.
Ella lo miró, y con absoluta gravedad, dijo: —Un rayo me partió el corazón, igual que al conejo.
La miró festivo. —No te creo…
—Caminaba por un pasillo pensando en ti, y en eso te vi. Sentí un rayo en el corazón.
Dusum no contestó, se aceleró el ritmo de su pecho, y se adelantó molesto. —¡Vámonos, es tarde, los demás ya estarán en la meditación!
Conforme pasan los años, podemos ver la madurez de los personajes, pues existió un crecimiento natural de sus propias opiniones, sus metas y expectativas, probablemente forzados por las circunstancias terribles a los que fueron expuestos, y esto es algo que me gustó mucho del libro, los personajes no se quedan estáticos, sino que también evolucionaron a lo largo de la historia.
Es un libro que vale la pena leer y releer, algunas frases que remarqué mientras leía esconden grandes verdades pasadas por conversación casual y reflexiones de los personajes:
"Hoy mismo, mañana o pasado moriremos, ni reyes ni pobres pueden evitar morir, si entendemos esto, desarrollaremos una urgencia por aprovechar los preciosos momentos de cada día. Todo minuto es una frágil joya, y es único."
Como conclusión, espero con ansias la segunda parte, pues el libro terminó en un cliffhanger y nos regalan un pequeño adelanto que me dejó aún más intrigada.
Espero le den la oportunidad a este libro, que no solo nos regala conocimiento de hechos reales como lo es la invasión del Tíbet, sino que nos deja en un estado de instrospección, que nos permite evaluar hasta nuestra propia existencia.
Aunque en esta ocasión mi investigación no fue tan necesaria, debido a que la misma escritora nos incluye al final del libro un pequeño brevario cultural respecto al budismo, al Tíbet y otros asuntos de interés, quiero dejarles algunas fuentes en donde podrán encontrar información respecto a la Invasión china del Tíbet, desde sus comienzos, hasta la actualidad (vía vaventura.com).
Les platicaré, en cambio, de lo que sucede actualmente con este conflicto.
Desde la huída del Tíbet, el Dalai Lama Tenzin Gyatso, junto con el gobierno tibetano exiliado, han luchado a través de Organismos Internacionales, por reestablecer la independiencia de China, han tratado de establecer un sistema democrático y de regresar la libertad de religión al Tíbet.
¿Con qué se han topado? China, en un intento de borrar la cultura tibetana y comenzar de cero, ha repoblado el Tíbet con chinos, tanto así, que los propios tibetanos se han vuelto una minoría en el Tíbet (fuente).
El Dalai Lama fue premiado por su lucha con el Premio Nobel de la Paz en 1989 (aquí pueden leer su discurso), pero fuera de eso, no se ha logrado mucho. China insiste en mantener su dominio sobre el territorio tibetano, e incluso las propias organizaciones Occidentales han enfriado su lucha. Tan así, que encontrar noticias recientes de este conflicto es virtualmente imposible.
Se ha perdido gran parte del valor cultural del Tíbet, pues muchos templos fueron destruidos, y su población de origen tibetano es cada vez menor. Esperemos ver el día en que el Tíbet recupere su gran riqueza inmaterial.
¡Hasta pronto!
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