Les traigo la primera recomendación de la Iniciativa Escritores Autopublicados, donde el autor amablemente nos comparte unas frases de alto impacto de su novela de denuncia social, donde se trata el gran problema que se ha vuelto la violencia de género.
Disfruten y recuerden apoyar a los Escritores Autopublicados (para unirse a la iniciativa las bases están en este enlace).
Y si les gustó, ¡adquieran una copia!
Tras enterrar a su hijo y sin motivo aparente, un catedrático de derecho le da una paliza a su mujer y luego pierde el sentido de la realidad.
Entre tanto, una joven psicóloga de la Consejería de Servicios Sociales del Ayto. de Madrid decide desentrañar las razones de este y otros casos de violencia de género.
Con una trama rebosante de intriga, amor y angustia, “Ruido de Lluvia” es la novela de la protesta y la denuncia, la novela de una sociedad donde la apariencia y el silencio siguen siendo ley. Un libro que más de uno necesita leer para reconocer lo que no quiere ver, pero puede sentir… alrededor.
Detalles del producto
📑Formatos y precio: ebook (2,99€)/tapa blanda (7,80€)
📑Longitud de impresión: 255
📑Vendido por: Amazon Media
📑Año de edición: 2018
📑ASIN: B07F5W7V8X📑Enlaces de compra: Amazon
"Nuestras acciones
–explicó el psiquiatra–, pretenden lograr que el maltratador juzgue lo que hace
de otro modo y que llegue al convencimiento de que debe cambiar. Si no se
consigue que nazca en él ese deseo de cambio, nuestros esfuerzos resultarán
inútiles; porque para él, la violencia es una solución adecuada al conflicto
que está viviendo. Es un enfermo peligroso que descarga sus frustraciones
contra los que tiene cerca, y al que debemos atajar de manera contundente. Para
colmo de males, la víctima, en muchos casos, suele valorar inadecuadamente el
maltrato y acaba aceptándolo como una muestra de cariño y preocupación hacia
ella."
"Después de todo,
tampoco es para tanto, solo me he enamorado de la persona que mi corazón ha
elegido y no de la que mi engominado círculo social hubiera deseado. Me asquea
el perpetuo escaparate de apariencias en que se ha convertido la vida íntima,
sobre todo por culpa de las inevitables redes sociales."
"Con el paso de las
horas, dejé de desear que mi tristeza desapareciera y, lentamente, al no
oponerme a ella, mi amargura perdió parte de su poder. El domingo por la tarde
sopló el viento, viento de mar o de montaña, viento que todo lo cura porque
arranca, y que provoca placer en vez de ira. Soñé que las olas respiran y con
una montaña que estornudó. Después, silencio."
"Por dentro, mi alma
raspaba, como si quisiera desprenderse de su envoltorio y, al desencajarse, los
granos de tiempo rechinaran. Mis ojos de agua inundaron su alrededor. Dolor,
dolor, «¿por qué siento tanto dolor?». Escondida entre las sábanas y aferrada a
la almohada, necesité morir e imaginé cómo: el metro."
"El conferenciante se
calló y el eco de sus palabras rebotó entre los asistentes: En promedio, cada
mujer maltratada recibe una paliza de treinta minutos cada semana durante diez
años. ¡Dios mío! ¿Cómo podía eso ocurrir en un país civilizado?, me pregunté
mientras un escalofrío recorría mi cuerpo."
"Luego, cuando la vida
quiso, Darío me abrazó. Me gusta pensar que durante el tiempo de ese abrazo me
hice adulta, que crecí por aceptar, por someterme al sencillo “ya basta” frente
al absurdo “ya veremos”. Una oportunidad de ser más con menos."
"Siempre me he
preguntado lo que pasaría si nos atreviéramos a vivir sin esa coraza que
interponemos entre nosotros y los demás. Supongo que, en general, aprendemos a
sentir en soledad porque desconfiamos, porque compartir sentimientos nos
convierte en vulnerables. En definitiva, somos tan complicados que sufrimos
para no sufrir."
"La víctima desarrolla
sentimientos de desvalimiento (yo no valgo, no sirvo para nada) y se encierra
en su casa tapando la mentira y la humillación porque, equivocadamente, se
culpa a sí misma y se siente provocadora de la violencia que sufre. En general,
la mujer empieza a plantearse la necesidad de acabar y buscar ayuda, cuando el
maltratador extiende la agresión a los hijos o a sus cosas más queridas."
"Qué sorpresa descubrir
que me había hecho mayor. Lo cierto es que en mi interior continuaba siendo la
niña de siempre ¿Era esa la perplejidad que se experimenta cuando te conviertes
en adulto? Supongo que sí, aunque tanto entonces como ahora, sigo convencida de
que el tiempo lo único que da o quita son oportunidades para cambiar."
"Me niego a construir
mi vida sobre la mentira y el silencio. Cuando alguien miente, lo hace porque
quiere hacerlo o porque tiene que hacerlo; la razón de la mentira no es sino la
explicación de lo que intenta esconder."
"De hecho, me parece
que la única manera de ser, en su estado más puro, es estando a solas con uno
mismo. Es en esa intimidad absoluta cuando el «trocito» de divinidad que todos
llevamos dentro no tiene más remedio que manifestarse. Cuesta entenderlo, pero
creo que, a veces, la soledad es lo mejor que te puede pasar."
"En realidad, empezaba
a darme cuenta de que el principal enemigo de una mujer maltratada es ella
misma. De hecho, la mayoría de los casos en los que había participado se
explicaban con una frase que escuché en las conferencias: «la víctima de los
malos tratos tolera las palizas y encubre a su agresor, porque necesita creer
en él para continuar con lo que considera que es su vida normal."
Francisco Tessainer
De tierra
noble (Zaragoza) cuya gente es calificada a menudo como “tozuda”, él camufla
esta verdad bajo el adjetivo “tenaz”. Y tenía que ser así, puesto que, además,
vino al mundo en el mes de Tauro y, por si fuera poco, en sus venas corre sangre
alemana (su abuelo nació en Augsburgo). Así que, con su permiso, como mínimo
“testarudo”.
Economista
por estudios y dedicado a la logística como profesión, desde muy temprana edad
sufrió el contagio de las palabras después de que un libro le mordiera. Tras el
éxito de sus anteriores novelas (“El falso Da Vinci”, “¿Y después el
bienestar?”) publica de nuevo en amazon “Ruido de lluvia”, su sexta novela;
aunque, de hecho y según sus palabras, la tercera que se atreve a dejar que
otros lean. Como dijo no sé quién, pronto y bien, rara vez se ven.
Twitter: @tessainescritor
¿Cómo y cuando escribí esta novela?
Los casos de violencia de género
descritos en esta novela están basados en hechos reales narrados por las protagonistas
que los sufrieron. La trama, los nombres de los personajes y lugares son
invenciones del autor.
Terminé el primer borrador de “Ruido de lluvia” en el año 2008; así que
los testimonios que aparecen en ella datan de aquella época. Reconozco que,
excepto en un caso, ignoro el paradero y la trayectoria vital de las mujeres
que me relataron su drama en presente y en primera persona; pero les aseguro
que tanto ahora como entonces, todas y cada una de ellas permanecen en mi
memoria con la huella de lo imborrable. Estimado lector, me resulta imposible
hacerle comprender con palabras lo que tanto me costó escuchar, simplemente
escuchar. Recuerdo que a veces, durante las conversaciones con las
protagonistas, tuve que detener a mi interlocutora y salirme de la habitación
porque, literalmente, no aguantaba más, me faltaba aire, me sobraba angustia.
Si soy sincero, al escribir estas últimas frases me da un poco de vergüenza
contar lo que yo sentía, cuando lo importante es lo que sentía quien me
hablaba. Aun con todo, a veces y medio en broma, alguna de ellas me dijo que yo
era demasiado «blanducho». Ni qué decir tiene que, en la mayoría de los casos,
convencerlas para que se sinceraran conmigo (un extraño) fue una odisea, y para
ello conté con la ayuda del personal de varias organizaciones humanitarias y
asociaciones sin ánimo de lucro. Una promesa hecha por entonces me impide
desvelar los nombres del personal de las organizaciones que me ayudaron, ni de
quienes sufrieron estos hechos; ya que así me lo pidieron tanto unos como
otros. Pero esta promesa me causa un profundo poso de insatisfacción porque, en
realidad, el problema es que me siento en deuda y no acierto a encontrar la
manera de devolver tanta generosidad.
Cuando terminé de escribir la novela en el año 2009, la presenté a
varios premios literarios y la envié a numerosas editoriales, pero nadie se
interesó (me dijeron que era un tema “poco comercial” y “carente de interés”),
así que la guardé en un cajón y esperé. Diez años después (febrero 2018) y tras
haber autopublicado con algún éxito otras dos novelas, se me ocurrió
desempolvarla, corregirla de acuerdo a mi actual forma de escribir y ponerla al
día (añadiendo alusiones a internet y las redes sociales). Para seleccionar los
casos que aparecen en la novela entre los que me relataron primó la variedad y,
en honor a la verdad, también debo decir que la historia que sostiene la trama
principal (Elvira Dalma) solo es parcialmente verídica. Considero que decir mentira
para sacar verdad está justificado cuando lo que se intenta es mantener el
interés. Aunque por encima de todo, el propósito último de esta novela es
denunciar y protestar, desnudar el ridículo miedo a la verdad de los que
todavía viven entre apariencias.
En todo caso, mi deseo más sincero es que estas líneas compensen en
parte mi deuda de gratitud y, sobre todo, que las protagonistas cuyas historias
relato disfruten de una vida mejor que cuando yo las encontré.
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