domingo, 3 de junio de 2018

Huracán - Sofía Segovia (2016)

Reseña Huracán - Sofía Segovia (2016)



Huracán Sofia Segovia

Metáfora del dolor humano y de una sociedad convulsionada por los prejuicios, la apatía y el egoísmo, Huracán es una novela magistral frente a la cual ningún lector quedará indiferente y que consagra a su autora como una de las voces más originales y potentes de su generación.

Esta novela da cuenta de la impactante historia de Aniceto Mora, el Regalado. Hijo de un padre sin escrúpulos en el seno de una familia asolada por la miseria y el resentimiento, Aniceto es abandonado a su suerte: su infancia transcurre entre la pobreza y el desdén de los adultos. A cada vuelta de página, asistimos al vertiginoso despeñamiento de un personaje cuyo destino está marcado por la fatalidad.
Un huracán arrasa la isla de Cozumel dejando a su paso tragedia y desolación en una noche donde emergen los miedos insospechados, los rencores más profundos y las heridas que jamás cicatrizaron. A ritmo galopante y absolutamente impredecible, Huracán nos adentra en el mundo íntimo de una galería de personajes únicos y entrañables.




He comenzado a leer este libro a raíz de la reciente publicación de un libro de esta autora, llamado "Peregrinos". Comencé a buscar respecto a esta escritora que es (orgullosamente) mexicana, y me encontré instantáneamente atraída a la sinopsis de este libro.

El libro trata principalmente de Aniceto Mora, "El Regalado", como lo conocerían -y se daría a conocer él mismo - durante toda su vida. Una familia pobre y agobiada por sus hijos, termina regalando a Aniceto a Nayuc, un humilde ranchero. Confinado a un triste chiquero, Aniceto busca su lugar en un mundo que ha sido cruel con él.


En una historia de una niñez triste, pobre, y desafortunada, Sofía Segovia logra en las primera páginas captar la esencia del razonamiento infantil. Inevitablemente, me identifiqué con los pensamientos de mi niñez, y la lógica que he visto en mis propios hijos. Me invadió una melancolía extraña al leer la primera parte, de las decisiones que otros tomaron por Aniceto, y que definirían irrevocablemente su camino. Claramente me imaginé al niño, víctima de las circunstancias que le impusieron y del poco cariño de quienes le rodean. Es increíblemente triste, pero certeramente real. 

Poco a poco, vemos una evolución en Aniceto, que huye de los Nayuc tras un incidente y encuentra refugio en una señora del pueblo. Sería quizás el único momento de su memoria en que sería cuidado por alguien más. Aunque no haya sido la temporada más feliz para él, quizás la señora Carmela hubiera sido un punto de cambio, y su vida hubiera sido diferente. Al serle imposible quedarse con ella, huye en barco al sur de México, donde, desesperado por tener la aceptación de alguien, se encuentra en malas compañías, que irrevocablemente moldearían su personalidad. Para siempre oscilaria entre demostrar su hombría y sentirse arropado para acallar sus miedos. Esto lo llevaría a cometer crímenes inexcusables, que causaría la desintegración de su familia. 

Lo único bueno que resultaría de las circunstancias de Aniceto sería su hijo, Manuel, que dedicaría su vida a ser lo opuesto de su padre, al que abandonaría por años. Solamente la llegada del Huracán Roxana reviviría en Manuel los recuerdos del último Huracán que vivió con su padre.

Sofía Segovia tiene una cualidad de contadora de cuentos (si es que no es redundante el término), que difiere mucho de otros libros que he leído. No profundiza demasiado en el entorno, más que lo necesario, ni se desgasta en descripciones banas, hay demasiada historia que contar, como quien lo vive, y no se detiene a verificar el tono de verde de los árboles o los gestos indescifrables de las personas que se cruza. Hay una simpleza en su relatar, dependiendo de la perspectiva del personaje que se esté contando que evoca la sencillez del pensamiento de los seres humanos. Es inusual en los andares de una persona común y corriente, que nos detengamos a meditar acerca de nuestro ambiente. La mayoría de las veces, la inercia de la vida y las preocupaciones nos limitan a ser como caballos con anteojeras, enfocándonos únicamente en nuestra siguiente tarea u objetivo. Así pues, es el relato de Sofía Segovia. Nos encontramos en los ojos de Aniceto, de los gringos Doogan, de los regiomontanos Marcela y Roberto, y finalmente de Manuel y "la Gorda", su madre. Todos con una voz distinta, con un lenguaje distinto, y, déjenme decirles, es todo un don. 


Al principio, quizás desacostumbrada al estilo distintivo de la autora, me costó trabajo seguir la historia. Esto, aunado al frenético ritmo de vida que tiene una madre de dos hijos pequeños, hizo que me tarde una semana completa leyendo el libro. Mi recomendación: lean este libro cuando no tengan distracciones. Cuando puedan relajarse de la manera que decidan -té, café, con o sin música- y puedan dedicarle a este libro unas horas. La historia lo merece, y lo requiere. Este libro tiene una calidad literaria que pueda equivalerse a una buena dosis de vitamina. Muchos libros son dulces, hechos para relajarse o entretenerse, pero con poco valor nutricional. Este, sin embargo, te da una buena dosis de realidad para la que no estaba preparada. Terminé el libro nutrida de perspectiva y empatía, terminé compadeciendo a una persona que, afligida por una vida difícil, acabó cometiendo crímenes que jamás entenderé por completo.

Creo que no necesito decir nada más, excepto que espero que tomen este libro en un momento indicado de su vida, abiertos a ver la vida con otros ojos. Cinco estrellas.



Quienes hemos vivido un huracán, conocemos la fuerza devastadora que pueden tener. Yo he vivido dos representativos en lo que va de mi vida: "Gilberto", en 1988 e "Isidoro" en 2002. Al vivir en la ciudad, a 30 km de la playa más cercana,  y al ser muy pequeña durante la llegada de "Gilberto", no tengo grandes recuerdos de la destrucción. Pero con Isidoro, era suficientemente grande para ver y sufrir la gran devastación. En una pequeña isla como Cozumel, los efectos de cualquier huracán son catastróficos. Claro, el huracán en esta historia es meramente una metáfora, pero ciertamente adquirí una nueva visión al leer el recuento de su paso por la isla.

En otro punto, si no han ido a Cozumel, ¡visítenlo! Han sido años desde mi visita, pero tengo claros recuerdos del agua azul y playas hermosas.

2 comentarios:

  1. A esta autora la tengo pendiente desde hace años. No sabía que este año sacó otro libro. Sin duda, Huracán me intriga demasiado. Y tomaré en cuenta leerlo en el momento correcto, con calma. Me encantó tu reseña.
    ¡Besos, nos leemos!

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    Respuestas
    1. Gracias, Iveth. Ahora en 2018 Sofía Segovia publicó otro libro titulado "Peregrinos", pero siempre me gusta irme a los primeros libros para darme una idea de la autora. Te recomiendo mucho Huracán.

      ¡Saludos y gracias por tus comentarios!

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